12 de julio de 2018 

VOS TAMBIÉN ESTABAS VERDE

Hay un título que invita a pensar en una canción de Charly García, lo es. Pero además de un título, sirve para condensar el color que se percibe en nuestros días cotidianos, es un símbolo de éstos tiempos. Estamos transitando un cambio histórico, somos parte de un debate transversal, desde la vereda en la que elegimos estar. Lejos o cerca. Algunos, incluso, más cerca. Sintiéndolo, llevando y levantando una bandera, más que una bandera, un pañuelo verde. Un pañuelo que atraviesa, donde vaya, él atraviesa. Lo vemos en mochilas, lo vemos en manos, lo miramos, él abraza a todos los que se dejen abrazar, que no son pocos, por el contrario. Parece liviano, pero pesa. Como su historia. Muchos deciden llevarlo, hay quienes lo llevan con más peso, con una historia personal que envuelve.

Dos avenidas se cruzan y se encuentran en la Facultad de Ciencias Médicas de la ciudad de La Plata. Es un punto de encuentro, que ahora tiene un nuevo espacio. Allí hace cuatro semanas funciona la Dirección de Género y Salud. Tiene aroma a nuevo. El olor a nuevo siempre es atractivo, y este caso no es una excepción. Este aroma vino a irrumpir con "una gestión que durante 27 años llevó adelante una forma de concebir la salud antiquísima y muy alejada de los intereses de nuestra sociedad y nuestro pueblo" así lo definió su reciente directora Gisela Leiva, que no deja espacio para suspiros, solo las milésimas de segundos en silencio bastan para que continúe. "Un modelo médico hegemónico que ha dominado bien biologicista, individualista y mercantilista nuestra formación, eso fue nuestra facultad durante muchísimos años".

Algunos espacios se abren cuando otros se cierran y viceversa. Aquí el que se cierra es el de los titubeos, y da apertura un cambio de paradigmas. Se está planteando, por primera vez en la historia, un debate. Agrupaciones estudiantiles que se movilizan frente a una realidad que, entienden, no puede seguir en las sombras. Hace un año que la secretaría de género del estudiantil empieza a organizarse. Materias de género movilizadas por causas múltiples. Demasiados puntapiés. Nace la cátedra de aborto. "Es el espacio legitimado dentro de la facultad para dar este debate", dice Gisela. Las demandas emergían y hubo respuestas.

"La idea ahora es ir desandando un poco eso", cuenta.

"Eso" es el rol disciplinador y conservador de las ciencias médicas en la sociedad. Es una de las cosas en las que más hace hincapié de la charla, y como cada historia tiene sus partes, ésta es sólo la primera.

Es evidente que se abrió una nueva puerta, que tiene el camino trazado. No resulta difícil sospechar que este espacio además de grandes intenciones tiene la intensidad que denota Gisela en la contundencia de la frase que condena un pasado que no habilitó, siquiera, la discusión del aborto.

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Dicen que una hormiga es capaz de llevar una hoja por kilómetros para ayudar a su comunidad si es necesario. Las hormigas trabajan con un fin común en mente, nunca anteponen su propio beneficio al de la comunidad y no se dan por vencidas fácilmente. Hay luchas que se parecen a ese trabajo. "Se produjo algo increíble, se masificó, se prendió a lugares donde nunca pensé que se iba a prender. Es como si un trabajo de hormiga se viera explotado en todas sus dimensiones" así vivió el 13 de junio Flavia Delmas, Secretaria de género de la Facultad De Periodismo y Comunicación Social, como un trabajo de hormiga.

Hormigas que hacen camino encima de pastos verdes que quizás en sus mundos también sean pañuelos.

En este mundo, en este plano y sobre nuestros brotes verdes, hay una lucha que es histórica, pero la capacidad organizativa de la mujeres no es nueva.

"Veía una foto ayer, una foto del 85´ de un grupo de mujeres sentadas afuera de la legislatura pidiendo por la patria potestad de niños y niñas ¡año 85! -remarca- todas las mujeres sentadas ahí en la puerta no lo podía creer. Nada una terrible emoción, veo a todas esas compañeras y compañeros ahí en esa lucha de tantos años, tantos años. Las compañeras de la campaña, no constituidas como campaña pero 15 años de militancia por la legalización del aborto, ahora todos los días vemos a una compa o a un compa con el pañuelo de la campaña, y estas mujeres marchando, reclamando, visibilizando esto desde hace mucho tiempo hasta que finalmente se presenta el primer proyecto de ley. Así que un tremendo orgullo de formar parte de esta época histórica" Gisela lo cuenta con una admiración que, a su vez, está cargada de compromiso.

Son mujeres comprometidas. Partícipes y líderes de nuevos espacios. Con nuevas y viejas discusiones. Con miradas de admiración al pasado y miradas con ojos que proporcionaron los puntos o las bases fundamentales para los posteriores desarrollos.

"Me genera reconocimiento y agradecimiento por aquellas que empezaron hace 40 años. También mirar con ojo crítico y gran admiración por todo lo que se caminó y se pudo construir. La campaña es un lugar nada sencillo porque confluyen personas de diferente procedencia y muy diferente posicionamiento político y hubo y hay discusiones fuertes. La verdad que también causa alegría de haber tenido el pañuelo por primera vez en 2003 y ver la explosión en 2015. Esto es posible porque hubo otras y cuando ves que tiene futuro, es porque hay otras, las jóvenes. Ahí decís, está hecho" ese es gol de Flavia, en éste mundial feminista.

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Una vez el escritor Eduardo Galeano en algún relato del libro de los abrazos, nos dijo que no hay dos fuegos iguales, que hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende. El feminismo es uno de esos fuegos. Y sí, es de color verde.